La comunicación juega un papel fundamental en las personas, a través de ella es posible acceder a los demás estados internos personales y es posible captar contenidos expresados por otros.
El lenguaje es un aprendizaje natural que aparece y se desarrolla gracias a la interacción en un contexto. Los padres desempeñan un papel fundamental en la enseñanza del lenguaje a sus hijos. No se trata nunca de una enseñanza explícita, consciente, o de tipo escolar, sino una enseñanza implícita. Esto no excluye que el niño aprehenda el lenguaje y, sobre todo, los elementos que propone el adulto. A medida que el niño va accediendo al dominio de las distintas formas de representación, su relación con el medio se enriquece.
El lenguaje depende del desarrollo de oportunidades que permitan al niño descubrir e internalizar formas apropiadas del mismo. Dar a los niños la posibilidad de influir activamente en el intercambio verbal y gestual fomenta la autopercepción de eficacia y favorece un dominio progresivo de las habilidades comunicativas.
La importancia del lenguaje radica en que no sólo constituye nuestro principal medio de comunicación sino que también juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo. Además, es el medio por excelencia de transmisión cultural y, como señala Luria, regula el comportamiento
Los aspectos del lenguaje se ven afectados cuando las características del niño y del ambiente constituyen factores de riesgo.
“El niño aprende a hablar porque hablan con él”
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